Un canal digital nacido desde la curiosidad, el pensamiento crítico y el amor por las ideas.
No corre rápido, pero llega lejos. Porque reflexiona antes de avanzar.
Una idea que arrancó lento, pero firme
La Citroneta no es un medio, no es un blog, no es una revista.
Es una conversación que se hace pública. Un espacio donde las ideas tienen permiso para demorarse, para profundizar, para incomodar.
Yo la imaginé. Waldo la editó y le dio forma. Y entre ambos la empujamos hasta que partió.
El nombre no es casual. Como el viejo auto francés, este proyecto es simple, resistente, honesto. Avanza lento, pero no se detiene.
¿Qué hacemos acá?
Publicamos artículos, columnas, pensamientos. A veces análisis político, otras veces crítica cultural.
No hay pauta comercial. Solo inquietudes que necesitan salir y buscar otros que las compartan.
¿Por qué colaboro aquí?
Porque me hace sentido. Porque puedo escribir lo que pienso sin formato ni filtro.
Y porque, aunque no es un proyecto mío al 100%, La Citroneta también me lleva a lugares donde quiero estar.
Esto no es un medio para vender. Es un espacio para pensar. Y para seguir andando.